23 jun 2010
Difusión de la cultura: Rock, Fútbol y Redes Sociales
Después de una vaticinada derrota el público observa como primero el Chicharito Hernández anota un gol, después por un penal Cuahutemoc Blanco anota otro; en ese momento la gente comienza a levantarse de sus asientos, a abrazarse los unos a los otros y a decir emocionados "ganamos". La colectividad social hace que todo el país se vuelva uno solo y eso incluye a los seleccionados que se encuentran al otro lado del mundo; caso diferente a una derrota no prevista, cuando todos apostaban a un empate, un remate de Luís Suárez hizo que el público viviera momentos de angustia y la separación del discurso: "la selección perdío, por culpa de Franco y Aguirre, pero nosotros pasamos a octavos de final". La colectividad, entonces, se divide y los perdedores son aquellos que se encuentran jugando a medio mundo de distancia, mientras los calificados somos, de nuevo, todos.
Todos estos casos son ejemplos de culturas emergentes y temporales, pero que funcionan como creadores de identidades personales. Los elementos de la identidad personal formadas por esas culturas emergentes permanecerán mientras sean alimentados socialmente, es decir mientras se cuente con alguien, además de uno mismo, que los replique.
Lo que nos hace, durante unas semanas, contar con una identidad, no es el hecho de que México se convierta en campeón del mundo o el deseo de golear a algún equipo, son los códigos comunes que se ven inmersos en dicho fenómeno. Todos nos convertimos en directores técnicos e incluso la gente que no sigue el fútbol se convierte en una persona que por influencia social apoya a la selección a morir. Esos códigos morirán a mediados de junio y se repetirán en cuatro años, pero mientras se hable del mundial y se usen camisas verdes, la identidad creada por esta cultura permanecerá.
Cuando se dan los festivales musicales o conciertos importantes,los códigos son más limitados en tiempo, pero aún así nos permiten relacionarnos con más personas y más importante aún: generar una identidad personal que es compartida y reconocida por los demás.Es creciente la comunidad de asistentes a conciertos y guardamos algo que nos reafirme como uno de ellos, puede ser una playera o la plática continúa del concierto pasado o del próximo concierto.
Es un caso más extraño son los grupos de Facebook y mayor en los hashtags del twitter, comenzamos por indicar que nos gusta algún fenómeno o incluirnos en un grupo, que pueden ser de mucha relevancia o completamente inútil, y nos gusta ver que nuestros contactos se adhieren a él. En el caso de twitter, sólo basta con marcar un # antes de las palabras que queremos delimitar; y esperamos a ver quienes de nuestros seguidores lo repiten, en casos este hashtag llega a convertirse en un trending topic, es entonces cuando nos sentimos parte de algo e incluso lo replicamos en nuestras conversaciones fuera del medio. La cultura ahí es momentánea, pero la construcción que deja en nuestra identidad permanece a un mayor plazo.
La construcción de una identidad basada en la cultura permite que ésta permanezca y al hacerlo se busca perpetuar y repetir las características culturales que la conformaron. Ese el secreto del crecimiento de las redes sociales, de los eventos exitosos y de la afición. La cultura y la identidad se alimentan el uno al otro y propician que la identidad personal se convierta en una identidad social al pertenecer a un lugar, a un movimiento, o simplemente al asistir a ciertos eventos.
La cultura influye en la identidad y ese el papel del difusor de la cultura, no sólo darle a la gente una serie de eventos, sino de crear en ellos un sentido de pertenencia, un objetivo y lugares comunes, códigos y una serie de valores que le harán pertenecer. El fracaso de muchos intentos de difusión de la cultura es que se basan en las creencias que se tienen por parte del difusor de lo que la gente necesita y no de lo que se necesita en realidad.
1 Response to "Difusión de la cultura: Rock, Fútbol y Redes Sociales"
saludos!!!!!
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